Comunicarnos Nº162 - Septiembre/Octubre2017

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REVISTA BIMESTRAL AÑO 17 - Nº 162 - SEPTIEMBRE/OCTUBRE 2017 - COSTO $45

Declarada de Interés Social por la Legislatura - Cdad. Bs. As.

Educación y

ESPERANZA

Cuarta entrega de la Colección “La Patria al hombro Iglesia y emergencia” Mensaje del Papa Francisco - I Jornada Mundial de los Pobres “No amemos con palabras sino con obras”.


pastoral

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Editorial

Sumario .1.

“Alfarereando”

.2.

Enseñar al que no sabe.

.3.

Acompañar la vida: Colegios Parroquiales de barrios populares.

.6.

Educación, un camino pastoral que crece en la Arquidiócesis.

.9.

El Reino de Dios se parece… a una escuela que nace en el barrio (entre pasillos y cables).

. 14 .

Desde el corazón de la vida.

. 16 .

Pantaleón:”el que se compadece de todos”.

. 18 .

La devoción popular de San Cayetano.

. 19 .

San Cayetano: educación y trabajo.

. 21 .

Educación y trabajo, el puente de la dignidad.

. 24 .

Vivir la Iglesia en salida y en Familia.

. 27 .

Diferenciación social y segregación territorial - Espacialidad de las desigualdades. Esta edición va acompañada de la CUARTA entrega de la Colección “La Patria al hombro – Iglesia y emergencia”, Mensaje del Papa Francisco - I Jornada Mundial de los Pobres “No amemos con palabras sino con obras”.

” O D N A E R E R A

“ALF

“Es trabajando artesanalmente, imitando a Dios, `alfarereando´ la vida de esos chicos, como podremos lograr la armonía. Y rescatarlos de las disonancias que son siempre oscuras; en cambio, la armonía es luminosa, clara, es la luz”. Bergoglio 18 de abril del 2012, Misa de la Educación. Nos proponemos fijar nuestra mirada en la educación. Y por esa razón tenemos que comenzar por Jesús MAESTRO DE VIDA. Maestro de “ojos abiertos” y “escucha atenta”. El primero que vive el Reino de Dios, por eso puede enseñar a los demás a vivir ese Reino de amor y compasión. Jesús enseña lo que vive y desenmascara todo lo que deshumaniza. Jesús hacía suyo el dolor de los demás: ciegos, paralíticos, sordomudos, desquiciados… Abandonados a su suerte, excluidos de una vida plena, estigmatizados, empujados a los bordes del camino, son tocados y curados por Jesús. Los excluidos, antes que nadie, son los primeros que han de experimentar en su carne lo que Jesús enseña con sus palabras, que Dios es Amigo de la vida. Jesús sabe tocar el corazón y la mente de las personas. Con sus palabras Jesús busca despertar una respuesta. Una respuesta desde el corazón. Ese sagrario del interior donde se toman las decisiones cotidianas y profundas de la vida. En el encuentro NO MÁS CHICOS DESCARTABLES, el padre Juan Isasmendi, nos decía: “Cómo son nuestros chicos y nuestras chicas más humildes y qué tienen para enseñarnos. Y, con el paso de los años, lo que fui descubriendo… es que tienen una gran capacidad para vincularse desde el corazón. NUESTROS PIBES se vinculan desde el corazón y desde el corazón de la vida. Se vinculan a la vida con el corazón, a las personas con el corazón, a las instituciones con el corazón, y se vinculan a Jesús con el corazón. Eso me conmueve profundamente y fui aprendiendo mucho de ese

don de amor que Jesús les regala a los pibes más humildes”. Hay un hilo dorado que une educación y esperanza. Nos dice el Papa Francisco: “El hombre no puede vivir sin esperanza y la educación genera esperanza. De hecho, la educación es un dar a luz, es un crecer, se coloca en la dinámica de dar vida… La educación, además, tiene en común con la esperanza la misma “materia” del riesgo. La esperanza no es un optimismo superficial… sino ante todo es saber arriesgarse de la manera correcta, igual que la educación. (Congregación para la educación Católica 09 de febrero de 2017) Es imposible educar sin esperanza. La educación exige la convicción de que es posible la transformación. La educación Implica la esperanza confiada de que los seres humanos, con la gracia de Dios, podemos transformar el pequeño mundo que nos rodea. Construir, la utopía evangélica del Reino de Dios aquí y ahora. Esperanza y educación crítica, no ingenua, que necesitan del compromiso y sobre todo del testimonio coherente para hacerse historia concreta. La educación es un grito profundo que revindica el DERECHO A SOÑAR. Soñemos, como Jesús, que es posible un mundo humano y humanizador. Y ese sueño de amor se encarnó, se hizo colegio en barrio humilde, se hizo lucha diaria por acompañar las vidas de nuestros pibes y pibas. Se hizo esperanza de un trabajo en los centros de formación profesional, se hizo dignidad recuperada en la educación no formal, dignidad que cura cuando uno se anima a tomar la propia vida en sus manos. Nos dice el Papa: “Quiero una Iglesia pobre para los pobres. Ellos tienen mucho que enseñarnos. Es necesario que todos nos dejemos evangelizar por ellos. La nueva evangelización es una invitación a conocer la fuerza salvífica de sus vidas y a ponerlos en el centro del camino de la Iglesia”. (EG.198) Padre Adrián Bennardis

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Cardenal Mario Poli Arzobispo de la Arquidiócesis de Buenos Aires

al que

r a ñ e s en NO SABE

Una Obra de Misericordia Espiritual Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de los discípulos y les dijo: “Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos”. Mt 18, 2-3

La educación es considerada por la Iglesia como un medio privilegiado para evangelizar. Precisamente, este año celebramos los 400 años de la fundación de las primeras escuelas gratuitas para niños y jóvenes, provenientes de los sectores más humildes de la sociedad romana, en Italia. Se debió a la entusiasta iniciativa de San José de Calasanz (n. 1557-1648). Por tal motivo el Papa Pío XII lo proclamó «celestial patrono de todas las escuelas populares cristianas del mundo». Su ejemplo llegó a la Argentina, donde por la ley nacional Nº 13.633 de 1949 se lo instituyó como Santo

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Protector de las escuelas primarias y secundarias. Ese carisma de la educación pública lo asumieron varias Congregaciones religiosas, las que llegaron a la Argentina con la inmigración a partir de 1860. En sus humildes comienzos la ciudad de

Buenos Aires contó con escuelas en los medios más pobres, beneficiando a los hijos de obreros y asalariados. Conforme pasaron los tiempos, la ciudad mostró otros rostros de la pobreza: las villas de emergencia. Es un espacio

donde conviven varias culturas, como consecuencia de una movilidad humana proveniente de países limítrofes: Paraguay, Bolivia, Perú, etc. Lejos de ser un problema o desafío social, la Iglesia mira con alegría a estas familias, en su gran mayoría gente de trabajo y con muchos hijos, conservando su identidad cultural, la fe de sus abuelos y las centenarias ceremonias religiosas con las que veneran a la Virgen María y honran a sus santos con novenas y Misas. A pesar de sus humildes viviendas, conservan intactos muchos valores, costumbres y tradiciones de sus patrias. Acompañar la educación de sus hijos ha sido un objetivo pastoral prioritario y por eso el Cardenal Bergoglio -hoy Papa Francisco-, como arzobispo de Buenos Aires, alentó y promovió las primeras escuelas parroquiales en el corazón de las villas. Subsidiados por el Gobierno de la ciudad y con la contención pastoral de los sacerdotes y la entrega de docentes comprometidos en un medio con no pocos desafíos, las promociones de niños y jóvenes ya son un signo esperanzador y una puerta abierta de insospechable proyección para sus vidas. Hace poco tiempo el Papa Francisco en su Carta Apostólica Misericordiaet Misera nos ha dicho: «Han pasado más de dos mil años y, sin embargo, las obras de misericordia siguen haciendo visible la bondad de Dios.» Enseñar al que no sabe, será siempre una obra de amor.


: a d i v a l r a ñ a p m co s populares

A

arrio

s de b e l ia u q o r r a egios p

col

Cada colegio es un mundo. Su rostro concreto se dibuja desde el territorio, esos lugares donde se alzan con su historia y su recorrido en cada barrio; también ellos fueron mutando a lo largo del tiempo, la historia la cuentan quienes hoy transitan por sus aulas, trayendo al presente el camino recorrido, cómo fueron surgiendo y entretejiéndose con la vida de los niños, adolescentes y familias que por ellos pasaron. Distintos por momentos, en otros tan semejantes que se van hermanando, todos comparten la misma tarea: ser un lugar significativo para tantos chicos y chicas, pequeños, grandes, jóvenes… que se asoman al mundo buscando donde hacer pie para afirmarse y aspirando a una vida plena, digna y llena de sentido. En esta nota queremos acercarnos a las luchas, a los desafíos, a las alegrías de tres colegios parroquiales de barrios populares de nuestra ciudad.

Nuestra Señora de la Misericordia: Dejar una huella en el corazón

El colegio parroquial Nuestra Señora de la Misericordia se funda en 1949 con un aula de manera precaria para dar respuesta a la necesidad del barrio. En el barrio de Mataderos se faenaba en el mercado de hacienda y mu

chas familias vivían de eso y de sus derivados. Con los años se transformó en zona de fábricas donde, de gente sencilla y trabajadora, la mayoría de los chicos y chicas que asisten a la escuela parroquial son de Mataderos, de Ciudad Oculta y de Cildañez, que están cerca, pero también vienen chicos y chicas de Liniers, Lugano, Villa insuperable y Lomas del Mirador. Conversando con el Padre Iván Dornelles, quien está en la parroquia desde 2014 como vicario primero y hoy como párroco, nos comenta que “las familias que se acercan lo hacen buscando un colegio parroquial que brinde una educación con valores, es clase trabajadora que le cuesta man-

dar a sus hijos al colegio y hacen todo un esfuerzo para ello, porque ven esto como un tesoro que les va a dejar una huella de la presencia de Dios en sus corazones”. Hoy asisten 1.550 chicos en sus tres niveles, inicial, primario y secundario. Y en el turno noche el programa es distinto, es un secundario en 4 años para chicos mayores de 16, que nació para dar respuesta a los propios chicos y chicas que repetían y se quedaban en el camino. “Intentamos que el colegio sea un lugar de referencia para ellos”, cuenta el padre Iván, por ejemplo, compramos un metegol y una mesa de ping pong para primario y secundario, y lo que se da es que los chicos vienen más temprano o se quedan después para jugar. ¿A qué chico le hacés venir antes al colegio? Y lo bueno es que realizan algo lúdico, comparten con otros sanamente… interactúan entre ellos. A raíz de esto, este año comenzamos a realizar, en contra turno,

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una extensión horaria de cuatro horas con talleres y espacio para la tarea. Y en secundario abrimos dos espacios: uno de teatro y otro de animación pastoral, que es de preparación de los chicos para cuando vamos de campamento con el primario, se les da herramientas para poder estar con los más chicos. El espacio es libre y gratuito para el que quiere venir, está pensado para los chicos que por ahí estarían solos o a la deriva en ese horario y poder también contenerlos desde ahí”. Otra iniciativa importante del colegio es que, a raíz de no poder garantizarle la matrícula a los hermanos de los chicos que ya asistían, se comenzó hace ocho años a abrir una sección más, con lo cual todos los años construyen un aula nueva con el ahorro que pueden generar. “Tenemos chicos que vienen cuyos

padres y abuelos estudiaron en este colegio”, remarca con orgullo el Padre Iván, “y lo lindo es que después de tantos años el ‘Misericordia’ siga creciendo. Se va caminando, cómo besar, cómo abrazar, cómo contener, y ahí los maestros y el colegio se constituyen como una gran familia que trata de bus-

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car siempre el bien de ese tesoro que nos confían, que son los chicos”.

San Judas Tadeo: Acariciar y sostener la vida

En el barrio de Parque Chacabuco, sobre la calle Somellera, a una cuadra de Av. Cobo, se encuentra el Colegio Parroquial San Judas Tadeo, que cuenta con nivel inicial, primario y secundario, unos 850 chicos entre los tres niveles. En esta ocasión visitamos el secundario y nos encontramos con el Padre Matías Viñas, con la directora Miriam Suárez y con Alejandra Antonino, psicóloga del colegio. La mayoría de los chicos y chicas que vienen al colegio viven en la villa 1, 11, 14, Barrio Illia, Rivadavia 1 y 2, Barrio Juan XXIII y la zona cercana al colegio. Alejandra ve como positivo que la escuela se encuentre fuera de la villa porque “les da una alternativa para salir de su entorno y educarse afuera, que no todo suceda en el barrio”.

Una problemática común de los colegios parroquiales en las zonas más sencillas es que se ven sobrepasados por la demanda de vacantes. Nos dice día a día Miriam: “Hay más pedido de vacantes que chicos que pueden ingresar; en primer año tenemos 39 por curso, después se va desgranando, chicos que repiten, chicos que tienen que volver a Jujuy, Bolivia o Perú, familias que vinieron pensaron que podían progresar, y sin embargo volvieron atrás. Muchos están becados y otros autobecados, padres que se quedan sin trabajo pero tienen la tranquilidad de que sus hijos sigan viniendo”. Y enseguida surge el segundo desafío de los colegios secundarios de nuestros adolescentes de las barriadas. “Está costando retenerlos y, en ese sentido, este año empezamos a armar un plan de retención en los primeros años”. Alejandra pone su palabra: “Todos acá sabemos cuál es nuestro norte. Tenemos que hacer lo máximo posible para que no se caigan, porque sabemos que si se caen ¿cuál es el destino? La decisión es incluir, porque mejor acá que afuera”. A lo que el Padre Matías agrega: “Y el trabajo de incluir es día a día y cuerpo a cuerpo, es sostener la vida no sólo de los chicos sino también de las familias”. Las carencias de los barrios, las dificultades económicas, los trabajos inestables y el desempleo; las migraciones buscando horizontes hacen


En la plaza Constitución está la Carpa Misionera que sostienen entre varias parroquias del

decanato, con la cual Santa Elisa está muy comprometida.

que la realidad familiar de los adolescentes de los barrios populares sea más difícil que para otros adolescentes de la ciudad. Miriam nos dice: “Es difícil lo que ellos viven. Viven todo el tiempo la invitación al delito. Y hay mucho dolor familiar, mucha desolación. A veces no hay siquiera padre o madre presente, viven con los hermanos y se hacen cargo de los más chicos, no tienen acceso a alguna otra actividad salvo las que le propone la parroquia. “Lo más importante además del conocimiento es darles la posibilidad de reparar eso y que adquieran con alguno de nosotros un vínculo que no tienen posibilidad de tener en otro lado. Ser un modelo que los acompañe y les permita tener dentro de ellos algo protector”, señala Alejandra. El padre Matías lo define con claridad: “Como Jesús, abrazar, acariciar y hacernos cargo de lo que podemos, le ponemos el alma, el cuerpo y la vida. Es un desafío continuo pero cada pequeña cosa es una sonrisa para ellos y para nosotros”.

Santa Elisa: La riqueza de lo pequeño

Apenas a unas cuadras de la estación de Constitución está el colegio parroquial Santa Elisa, que cuenta con nivel inicial y primario. Cercano a los Hospitales Rawson, Moyano y Borda, tan-

to la parroquia como el colegio que está al lado, siempre están atentos a las necesidades de las personas que se acercan a sus puertas. “Acá está todo muy unido”, nos dice Vanesa Sterle, la directora, que nos recibe junto a la catequista Mirtha Burkhard, encargada de pastoral, “porque somos una escuela muy chiquita y la población de los chicos de la parroquia es casi toda del colegio. Durante el día se cierra el acceso a la calle del templo y la parroquia funciona como un aula más. El desafío está en que es pequeño el espacio y somos muchos grupos para compartirlo. Es una riqueza. Los espacios de la escuela también los usa la parroquia constantemente, por eso también la jornada es simple y sólo turno mañana”, agrega Mirtha. De los 216 chicos que asisten, entre inicial y primario, hay como dos poblaciones, chicos del barrio, donde hay muchos hoteles y viven cinco o seis familias en una misma casa donde algunos chicos no tienen su propia cama y la comparten o duermen en el piso; y chicos que son hijos del personal que trabaja en los hospitales cercanos. Mirtha trabaja hace 26 años en el colegio y compartió con distintos sacerdotes este tiempo y “lo importante es que de todos los sacerdotes que han

pasado, las misiones que han dejado se mantienen en el tiempo, se van sosteniendo los desafíos”, y recuerda que quien abrió las puertas de Santa Elisa de par en par al barrio fue el Padre Toto: “En esa época Bergoglio también nos decía ‘abran sus parroquias al barrio’, y el padre Fernando, quien está actualmente, sigue abriendo la parroquia y la escuela como un brazo extendido hacia la comunidad”. “También ayudamos de las puertas para adentro con las propias familias”, aclara Vanesa, “a una maestra se le prendió fuego parte de la casa y todo el colegio se movilizó. Lo mismo con los chicos becados y autobecados que se acercan y traen una parte de la cuota, pero saben que nadie se va a quedar afuera por no poder pagar”. “Es una escuela que escucha, decididamente comprometida con la realidad del dolor de muchas familias, una escuela que da un paso más, porque te exige ese compromiso, pero brota como una identidad y desde siempre. Santa Elisa es mi familia”, sintetiza Mirtha, “y al ser pequeña conocés a cada familia y a cada nene que se acerca con su historia”

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Lic. Santiago J. Fraga Secretario Ejecutivo de la Vicaría Pastoral de Educación.

n ó i c a c u d E un camino pastoral

“La educación es un acto de amor, es dar vida”. Papa Francisco.

que crece en la Arquidiócesis

Las escuelas parroquiales

han crecido de 44 a 69 desde

1998 a la actualidad y hoy atienden a más de 45.000 alumnos

y

alumnas

Arquidiócesis.

en

la

El crecimiento es el resultado de 20 años de trabajo de la Vicaría Pastoral de Educación con el deseo de responder mejor a la misión de la Iglesia, atender las necesidades crecientes de las familias y de que no se perdiera ninguna obra educativa situada en el ámbito de la arquidiócesis. La Vicaría de Educación es la acción pastoral educativa de la Iglesia en Buenos Aires y la conformamos todos los que estamos comprometidos con la vida que palpita en cada escuela de esta ciudad. En efecto, este crecimiento es el resultado del esfuerzo y logro de cada uno. Crecer es renovar la acción pastoral educativa

El mayor desafío de la Iglesia de Latinoamérica, señala Aparecida, es “mostrar la capacidad para promover y formar discípulos y misioneros que respondan a la vocación recibida y comuniquen por doquier, por desborde de gratitud y alegría, el don del encuentro con Jesucristo”1 . Por esto, la Escuela católica está llamada a una profunda renovación: “Debemos rescatar la identidad católica de nuestras escuelas por medio de

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un impulso misionero valiente y audaz, de modo que llegue a ser una opción profética plasmada en una pastoral de la educación participativa”2. Si bien la dinámica de cualquier renovación es holística e integral, cabe señalar algunos aspectos que pueden ayudarnos en este camino. El equipo directivo, primer espacio renovador de la pastoral educativa

Los educadores lo sabemos, cualquier cambio en la escuela necesita del impulso del equipo directivo. Los obispos latinoamericanos nos proponen, como modelo de identidad del educador directivo católico, la figura del Buen Pastor: “El directivo es quien asume la misión de liderar, conducir, administrar, gestionar y cuidar a su comunidad educativa; tendrá una especial preocupación por buscar la oveja perdida y devolverla con amor al redil”3. Es una invitación, también, a poner la mirada en la oveja en dificultades, porque cada persona es el centro del magisterio de Jesús, en sus necesidades materiales y espirituales. Buscamos la promoción de la persona humana, misión que encarna en primer término el equipo directivo.4 Como uno de los modos de acompañamiento a los equipos directivos en esta renovación, el Consejo de Pastoral y la Dirección

Pedagógica de la Vicaría de Educación promueven desde hace varios años la Diplomatura de Pastoral Educativa organizada junto al CELAM y la JUREC de San Isidro. Crecer requiere innovar, si buscamos una educación verdaderamente liberadora

Buscamos una educación liberadora que convierta al niño y niña en sujeto de su propio desarrollo porque creemos que la educación es efectivamente el medio clave para liberar a los pueblos de toda servidumbre y para hacerlos ascender “de condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas”. En efecto, los y las docentes todos somos los primeros que debemos cumplir los deberes y custodia de estos derechos que permiten la integración progresiva a la participación social, económica, cultural, política y religiosa de todos los chicos y chicas. Conforme el pensamiento de la Iglesia latinoamericana, la educación evangelizadora asume y completa la noción de educación liberadora porque debe contribuir a la conversión del hombre total (en su yo profundo e individual y también en su yo periférico y social), orientándolo radicalmente a la genuina liberación.5 Si se vive una particular emergencia educativa, cabe entonces invitar a la creatividad y a la audacia en el campo educativo…


nuevas realidades exigen nuevas respuestas. Pero antes, exigen un espíritu abierto, que se procure la formación permanente y se realice un discernimiento constructivo.6 En este aspecto, la Vicaría promueve EUTOPIA, un proyecto de innovación pedagógica del que participan más de 70 secundarias de todos los barrios con el propósito de pensar y plasmar nuevas ideas. Es una iniciativa conjunta con la Fundación Telefónica y la Organización de los Estados Iberoamericanos (OEI). Crecer en comunión operativa es crecer en justicia social

El desafío es mirar la escuela en su conjunto y también como comunidad de comunidades. El

proyecto escolar unifica la mirada pastoral, con la pedagógica propia del ámbito educativo. Ahora bien, como cualquier organización requiere un soporte administrativo y económico para su funcionamiento. En este aspecto, una función importante para esta Vicaría es velar porque el conjunto de los recursos estén disponibles en cada comunidad. El Fondo Solidario colabora con la posibilidad de me-

jorar a cada una de las escuelas parroquiales, particularmente las escuelas parroquiales ubicadas en las villas o con cuota cero. Actualmente, trabajamos para una nueva reglamentación para el Fondo Solidario. Por otra parte, se avanza en convenios específicos con diversas organizaciones privadas y estatales con el propósito de colaborar y apoyar a las escuelas de menores recursos.

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Invitación final

“Ustedes están aquí, nosotros estamos aquí porque amamos la escuela. Digo “nosotros” porque yo amo la escuela, la he amado como alumno, como estudiante y como maestro. Y luego como Obispo”, decía el Papa Francisco en un encuentro con escuelas en Roma en 2014. Amar la escuela invita a comprometerse en el camino compartido de ayudar en el crecimiento y renovación este valioso espacio para la pastoral Arquidiocesana. NOTAS: 1 -V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (2007) Documento Conclusivo Aparecida. Buenos Aires Conferencia Episcopal Argentina. Oficina del Libro. DA 14 2- Ibidem (DA 337) 3 -CELAM. (2011) Vayan y enseñen Identidad y misión. Identidad y Misión de la Escuela Católica en el cambio de época, a la luz de Aparecida. (pág. 26) 4 -Congregación Para La Educación Católica. (1997) La Escuela Católica En Los Umbrales Del Tercer Milenio. Pto 9. 5 -III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (1979) Documento de Puebla. PP 1026 6- Arzobispado de Buenos Aires, Vicaría de Educación. (2000) Mensaje del Arzobispo de Buenos Aires a las Comunidades Educativas. Buenos Aires, Argentina. Pág. 11

Tres claves a tener en cuenta en el mundo de la educación: 1.-Humanizar la educación

“Frente a un individualismo invasor que hace humanamente pobres y culturalmente estériles, es necesario humanizar la educación”. “Las instituciones educativas tienen la misión de ofrecer horizontes abiertos a la trascendencia” y la educación debe estar “al servicio de un humanismo integral”. 2.- Cultura del diálogo

“Nuestro mundo se ha convertido en una aldea global con múltiples procesos de interacción, donde cada persona pertenece a la humanidad y comparte la esperanza de un futuro mejor con toda la familia de pueblos”. “Tenemos muchas formas de violencia, de pobreza, de sufrimiento, de discriminación, de marginación y de acciones restrictivas de las libertades fundamentales, se crea así una cultura del descarte”. “Las instituciones educativas católicas están llamadas a situarse a la vanguardia para practicar la gramática del diálogo que forma el encuentro y la revalorización de la diversidad cultural y religiosa”. 3.- Sembrar esperanza

“El hombre no puede vivir sin esperanza”. “La educación es generadora de esperanza. De hecho, la educación es un dar a luz, es un hacer crecer, si se sitúa en la dinámica del dar la vida. Y la vida que nace es la fuente más fecunda de la que brota la esperanza, una vida siempre en búsqueda de la belleza, de la bondad, de la verdad y de la comunión con los demás para un crecimiento común”. “Los jóvenes de hoy tienen, sobre todo, necesidad de esta vida que construye el futuro. Por lo tanto, el verdadero educador es como un padre y una madre que transmiten una vida capaz de un futuro”. (Papa Francisco, 09-02-2017 a la plenaria de la Congregación para la Educación Católica).

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El Reino de Dios

se parece… a una escuela que nace en el barrio (entre pasillos y cables)

¿Cuántos de nosotros hemos visto nacer una escuela? Siempre han estado ahí, algunas muy señoriales, en grandes edificios centenarios que forman parte del patrimonio histórico de la ciudad; las hay también más pequeñas, con aires de juventud pero ya con sus egresados sonriendo desde las paredes en fotos de años atrás. Yo, en lo personal, podría decir que nunca ví nacer una escuela, hasta ahora, que tuve la oportunidad de ir a los barrios y conocer las escuelas que están naciendo en las parroquias, dando sus primeros pasos justo ahora. Tan jóvenes, tan llenas de sueños, de esperanzas, con tanto para enseñarnos, sobre todo cómo nacen, dónde nacen, para quiénes nacen… Surgidas desde los sueños y las necesidades del barrio, se levantan las escuelas parroquiales en nuestras villas. Atravesadas por la búsqueda de la inclusión, se proponen acompañar la vida de cada pibe y piba, tomarlos de la mano, buscar creativamente caminos y herramientas, para evitar que nuestros adolescentes dejen la escuela. De acuerdo a los últimos datos de Unesco de 2016, sólo el 43% de los estudiantes termina la escuela media en tiempo y en forma. Y en nuestros barrios, donde el 42% de la población tiene menos de 17 años, las cifras son aún mayores y esta realidad, se hace más acuciante

y dolorosa. Lo común a todas las escuelas parroquiales de las villas, es que cada joven adolescente, cada niño y niña es una historia sagrada, que se asume como viene, que se acompaña y que se ayuda. La escuela busca encontrarle la vuelta al pibe, que el chico no quede afuera del sistema educativo y eso se logra únicamente asumiendo toda la realidad. Otro elemento común de estas escuelas ubicadas en el corazón de las villas es que son de “cuota cero”, no es un rasgo menor, tanto en lo que se refiere a las familias del barrio, como así también al sostenimiento y organización de esta nueva propuesta de la Iglesia de Buenos Aires. Para comprender esta nueva realidad, nos acercamos a las escuelas de Villa Soldati (Barrio Ramón Carrillo-Villa3), de Bajo Flores (Villa 1-11-14), de Ciudad Oculta (Villa 15) y de Barracas (Villa 21-24 y Zavaleta).

pensando escuelas desde la identidad parroquial que garantizaran la accesibilidad. Mariano Bindi, el rector, nos cuenta que, cuando comenzó, funcionaba en la capilla San Expedito del barrio “Las Palomas”. La escuela se tuvo que construir. Se pensó en el nivel secundario porque “la des-escolarización de los adolescentes está

Instituto Virgen Inmaculada: Abrir horizontes

El padre Pedro Baya Casal está desde 2008 en la parroquia Virgen Inmaculada en Villa Soldati (Barrio Ramón Carrillo-Villa 3) donde funciona desde 2015 el proyecto educativo del Instituto Virgen Inmaculada como una decisión pastoral compartida desde el equipo de curas para las villas,

fuertemente entre los 14 y los 16 años, entonces entendimos que debíamos priorizar esa franja de edad”, afirma Mariano “escuelas primarias y nivel inicial hay, sobre demandados, pero hay; y lo que faltaba atender es esa franja de pibes que empiezan y dejan. En los barrios uno ve que los chicos que más sufren los ataques, las violencias, las soledades, las orfandades o

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En los barrios uno ve

a las barriadas generalmente se les piensa un dispositivo de formación para el mundo del trabajo, pero también es necesario que pueda haber expresividad, creatividad, incorpora-

dos jardines de infantes que la parroquia tiene en el barrio. Allí nos encontramos con Antonio el rector del secundario y con el padre Gastón que acompaña fuertemente ambos espacios. El nivel secundario tiene dos modalidades: a la mañana secundaria bachiller común, que están

ción de lenguajes artísticos. La escuela de algún modo es para nosotros un lugar de reparación de determinadas consecuencias de la injusticia social, por supuesto que no puede ser un lugar de reproducción de estas injusticias. Pero no podemos perder de vista que hay un leguaje del barrio, hay una palabra del barrio, hay luchas del barrio y hay personas que viven acá y tienen una palabra. La tarea educativa tiene que ver con escucharla y saber hacerla escuchar.

por el tercer año, y a la tarde es una acelerado para mayores de 16 años. “El acelerado ya va por su octavo año”, nos cuenta el padre Gastón “y nace para dar respuesta a una necesidad del barrio”. “Y hace tres años”, agrega Antonio, “viendo la demanda de vacantes que hay y contar con el edificio, se empieza con el bachiller. Hoy tenemos dos primeros, dos segundos y un tercero. Con la proyección de que el año que viene ya tengamos dos terceros y un cuarto. La escuela, lo que tiene, y en eso coincidimos con las demás escuelas de las villas, es el tamaño, al no ser tan grande te da la posibilidad de acompañar la vida más de cerca. El desafío para nosotros es tratar de que los chicos puedan terminar su secundaria, crecer humanamente, y académicamente, que estos años sean

que los chicos que más

sufren los ataques, las

violencias, las soledades, las orfandades o las

marginaciones son pibes

que están entre los 11 y los 14 años.

las marginaciones son pibes que están entre los 11 y los 14 años y es cuando los pibes están más necesitados de acompañamiento y apoyo. Se ven las dificultades para terminar la primaria, se ven chicos de esa edad que tienen que ayudar a los padres con alguna changa. Son pibes que están más solos porque sus padres laburan todo el día y se quedan a cargo de la casa y de los hermanos, y eso hace que vayan postergando la escuela. Más algunas incoherencias o dificultades de determinadas cuestiones expulsivas del sistema educativo y de la escuela. La escuela es de turno mañana. A la noche funciona para mayores de 18 el perito comercial con orientación en administración de empresas que es de 3 años. “Nuestro bachillerato es con orientación en artes visuales, nos explica el rector, porque entendemos la importancia de reconocer y valorar elementos propios de las culturas de las propias familias y sus hijos, que pueden tener una expresividad en los lenguajes artísticos. Vemos que

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Instituto Virgen de Caacupé: Acompañar la vida también desde la educación

En la villa 21, 24 en Barracas justo al lado de la parroquia Virgen de Caacupé se encuentra la escuela secundaria y uno de los


El desafío para nosotros es

tratar de que

estos años sean de fortaleza

para sus vidas.

de fortaleza para sus vidas”. “Y en cuanto a los jardines”, retoma la palabra el padre Gastón, “uno funciona acá y el otro, más tirando a Zavaleta, en la otra parroquia, Virgen de Luján. Tienen unos cien chicos cada uno y son a partir de sala de uno. Son de jornada completa lo que ayuda a las familias a poder trabajar, reciben el desayuno, el almuerzo, la merienda, como una bue-

na alimentación en la edad inicial que también es muy importante. Buscamos acompañar mucho a la familia, la madre se integra mucho con el jardín, a veces las madres están muy solas. De jardines es la mayor demanda que hay de vacantes en el barrio, no dan abasto. Y también la realidad de las villas es que todo el tiempo están llegando familias y yéndose familias.

Vienen por distintos motivos, a veces están pasando hambre en el campo, a veces vienen por un motivo de salud, y a la hora de acompañar a los más chiquitos en el jardín, uno recibe eso, chicos que a veces nunca fueron a la escuela, o estuvieron un tiempo y dejaron. Con la secundaria pasa lo mismo, a veces dejan de venir y no es que no les importa la escuela, es que la vida se les fue moviendo y cuando pueden vuelven con todas las ganas. La vida es así. Sabemos que no es fácil, pero es una tarea linda”, sintetiza Gastón “y la pata educativa nos parece necesaria y fundamental para acompañar la vida del barrio”.

Instituto Santa María Madre del Pueblo: Una escuela que mira a los pibes

El Instituto Madre del Pueblo se alza pegadito a la parroquia del mismo nombre. En la villa 1. 11. 14 de Bajo Flores. También como las otras escuelas es muy nuevita en el barrio y aún no han egresado alumnos, al nivel secundario le sumaron la apuesta de empezar este año la experiencia de la primaria. También en el barrio hay un jardín de infantes que está desde hace más años, no ya en la parroquia sino en la capilla de Itatí. Viti es la directora de estu-

dios del secundario y Mariano el director del nivel primario, ellos son

quienes nos reciben y nos cuentan la experiencia. Mariano viene de formación salesiana, hace pocos meses que

está en la escuela como director de la primaria que empezó este año. “El cargo es de director con grado a cargo y después, conversando con el padre Gustavo, nos pareció mejor que hubiera un cargo más, porque acompañar las realidades es complejo, entonces está la maestra de primero y yo como director. Es un primer grado con 25 chicos, definimos ese número porque son 25 personitas con toda su historia y a

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veces con realidades muy complejas. Más de la mitad no fue al jardín, algunos ni siquiera empezaron la primaria a los seis años y tienen más edad, tenemos en el grado hasta chicos de ocho años que a lo sumo iban a un Centro de Actividades Infantiles (CAI). Entonces hay mucho trabajo previo que se hace en nivel inicial que no estaba, muchos chicos no sabían ni cómo agarrar un lápiz o dibujar, los hábitos, sentarme y escuchar a alguien que habla a todos, lógicas del aula que no estaban. Fuimos un poquito para atrás. Para el año que viene pedimos poder abrir segundo y tercero, poder completar el ciclo, sobre todo porque nos da un poco más de margen para acompañar las situaciones de algunos de primero. Este año va a ser de mucho descubrimiento y de mucho laburo, pero, a partir de segundo, poder ir diferenciando algunos chicos que necesitan una trayectoria más particular, con la idea de que a futuro pase a otro grado superior. En el nivel secundario, en pos

de hacer la mejor escuela posible para los chicos, lo que decidieron es ampliar la cantidad de horas y pasar de una jornada simple a una jornada extendida, y esa diferencia de horas les permite moverse en otros aspectos. “La sola presencia de cada

chico en la escuela permite visibilizar situaciones que

viven, y eso ya es positivo, porque nos permite

enterarnos para poder acompañar”. Gustavo Carrara

“Nuestro primer año fue de chicos que venían de un rebote por escuela y de abandono”, cuenta Viti, “de deserción y de años interrumpidos, Muchos chicos con recorridos inestables, interrumpidos. Lo fundamental es no soltarles la mano. Poder

sostener un espacio y que ellos encuentren que este es su lugar, que no se va a ir a ningún lado. Que estamos acá, que todos los días renueva energías y el deseo y la pasión por acompañarlos y caminar la vida con ellos. Un espacio que elije mirarlos, y entender que hay una vida detrás de cada chico que recibimos con todas sus particularidades. Y ese es todo un camino. Difícil, de mucho corazón; y necesario para ellos y para nosotros. Como nos acompañan los curas, es algo que cuesta definir, son como un faro que nos guía. Tienen una dedicación absoluta, pasión, mucha humildad. Y vos los ves y no podes más que conmoverte, porque además escuchan y confían plenamente. Entonces lejos de estar en un lugar más difícil, creo que estamos en un lugar más real, más honesto, que te permite un encuentro con el otro diferente. Se parte de la base de que acá hay que acompañar a los pibes, más y mejor, y que cada minuto del pibe en la escuela es único, y hay que estar ahí para ellos”.

Instituto Nuestra Señora del Carmen: Una escuela que se construye día a día

Sobre la calle Santander, límite de la villa, 15 donde hace un año había un terrero baldío, hoy hay una escuela. Cuando llegamos fue impresionante ver a dos camiones mezcladores en el terreno donde la escuela se sigue construyendo. La imagen impacta al visitante ocasional pero

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los mismos maestros, cuando nos reciben, nos dicen: “Hay días en que vemos como avanza la obra de las aulas nuevas, y chicos y grandes estamos colgados de las ventanas”. Gisela Terradillos es la directora del Instituto Nuestra Señora del Carmen, ella es maestra hace diez años y fue el padre Damián

quien le propuso ser directora de la escuela: “Tomábamos las entrevistas a los docentes en el terreno”, recuerda, “el padre Damián les contaba ‘acá está primero A, primero B’ y ellos se embarcaron en el sueño compartido”. Damián se emociona cada vez que cuenta de los inicios: “Empezó como un milagro… el jardín de infantes ya hacía un año que es-


más no podríamos darles la atención que necesitan. Están hasta las 16hs, almuerzan y meriendan en la escuela. Y el año que viene abrimos dos segundos y un tercer grado”, comenta Gisela. Flavia, la secretaria, también es una apasionada del proyecto “te cautiva”, nos dice con una sonrisa. “Y el padre Damián, más allá de los sueños enormes que

taba y se veía que hacía falta una escuela primaria. Yo volvía un día muy triste e indignado de mirar un terreno que me había ilusionado, por el que pedían dos millones de dólares; y me acordé del terreno baldío que usábamos como canchita de fútbol, entonces fui con la bici a casa, tomé un escapulario de la Virgen del Carmen, lo colgué del alambrado y le pedí a la Virgen “si querés que esto sea tuyo, hace lo que tenés que hacer”. Y Ella se ocupó. “La escuela es intensiva en artes y jornada completa. Este año abrimos primer grado, dos cursos de 30 chicos, porque con

planteaba, siempre insistió que la escuela tiene que ser digna, no quería sobras de nadie. Lo mejor. Mobiliario nuevo, impecable. Que los chicos tengan eso y no lo “que le sobró a otro” los dignifica. Damián plantea una educación que los lleve a la dignidad, no a salir de la villa, dignificar la villa que es su entorno de vida.

Ellos tienen que ser dignos acá y valorar esto que tienen. Guisell y Martín son los maestros de grado, y ellos cuentan lo que implica la propuesta en artes. “¿Cómo es el mar?, te preguntan muchos cuando les decís que dibujen un paisaje, porque no tienen un ámbito donde desarrollar su imaginación; y el arte les permite eso: incentivar la creatividad, despertar la imaginación”. A lo que Martín agrega “el arte les permite expresarse y canalizar situaciones que muchas veces terminan guardadas y se vuelven injustas; es como una puerta al alma, donde pueden sacar lo que duele y dejar entrar otras”. La reflexión compartida de todos es la de vivir algo único. “Cuando pasen los años esto va a tener mucho de hito histórico, arrancar una escuela con la identidad que necesita el barrio, la que las familias y los chicos aportan y ver día a día como sigue creciendo.

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Palabras del Padre Juan Isasmendi en el Encuentro “No más Chicos descartables, construyendo Esperanza”.

Desde el

corazón El Padre Juan Isasmendi, con apenas 36 años, tiene una extensa experiencia caminando junto a la Fe de nuestro pueblo, y en especial junto a los más chicos. Nacido en Salta, vino a vivir a Buenos Aires de muy pequeño, donde entró al seminario en el año 2000 con apenas 19 años. De la mano de Bergoglio, siendo diácono, llegó a las villas en el año 2008. Allí, en Barracas, en la 21-24, estaba el padre Pepe Di Paola y con él comenzó el camino entre los más sencillos de nuestro pueblo. Acompañando el movimiento de exploradores y la experiencia del Jardín de Infantes Cura Brochero, continuó en el barrio cuando Padre Toto de Vedia llegó como párroco. Hasta que finalmente, el año pasado llegó a la parroquia Ntra. Señora de Itatí, en villa Trujuy, en la diócesis de Merlo-Moreno. En el mes de mayo compartió su experiencia en el Encuentro “No más Chicos descartables, construyendo Esperanza” que se realizó en el colegio Pio IX, junto a la hermana Martha Pelloni compartió la mesa “Niños, niñas y adolescentes en nuestros barrios”. Muy humildemente, “rumiando, sintiendo, pensando la vida”,

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de la

a d i v

como él mismo lo expresó, compartió lo que en estos años fue viviendo con los chicos. Nos decía ese día: “La experiencia es lo que más nos convence, aquello que vivenciamos y profundizamos en el corazón es lo más creíble, para nosotros mismos y para los demás”, expresó con mucha convicción. “Y desde ese lugar también veo a Jesús, y lo veo profundamente involucrado con lo humano y embarrado

con nosotros. Lo que comparto no es una verdad axiológica vacía sino más bien una aproximación del corazón a un misterio, que es cómo son nuestros chicos y nuestras chicas más humildes y qué tienen para enseñarnos. Y, con el paso de los años, lo que fui descubriendo, muy lentamente y muy torpemente, es que tienen una gran capacidad para vincularse desde el corazón. NUESTROS PIBES se vinculan desde el corazón y desde el corazón de la vida. Se vinculan a la vida con el corazón, a las personas con el corazón, a las instituciones con el corazón y se vinculan a Jesús con el corazón. Eso me conmueve profundamente y fui aprendiendo mucho de ese don de amor que Jesús les regala a los pibes más humildes. Y esa capacidad de vincularse con el corazón, a mí me pedía ser padre, ser compañero, ser amigo,


Tenemos que animarnos a

ser camino y a peregrinar en el corazón con

nuestros pibes, y en esa peregrinación, y en ese

vínculo, ir descubriendo el

hermoso paisaje interior que guardan en sus corazones.

ser hermano; y en todo eso iba siendo sacerdote de a poquito, y así fui tratando de dejarme llevar, y la experiencia fue para mí, ellos me mostraron el camino, que yo era mucho más pobre que ellos, que soy mucho más pobre. Quizás porque no sé vincularme así con el corazón, porque no tengo esa capacidad de fiesta y de alegría en lo diario y en lo sencillo. Y en esto está lindo el lema Los chicos no son descartables. Los pibes más humildes, los más pobres entre los pobres, son sujetos. Y tienen una historia, y tienen unos padres, y tienen una herida; y tienen sueños, y sueños hermosos. Sueñan con ser un jugador de fútbol, con estudiar, terminar el secundario, sueñan con ser profesionales; pero lo que más sueñan, y ellos tienen un modo de decirlo que a mí siempre me vuelve al corazón: ‘sueñan ser alguien en la vida’… ¡qué manera profunda de decirlo, YO SUEÑO para ser ALGUIEN en la vida. Ellos me fueron mostrando

que hay otro modo de sentir la vida que es mucho más precioso, donde el otro vale oro, donde las cosas que nos pasan son las más importantes, y que el corazón de la vida está en la solidaridad, en lo que vale un amigo, un compañero, en lo que vale la Fe, en lo que vale la familia. Y este modo de sentir diferente que ellos tienen y que ellos viven en su corazón tiene para mí mucho que alumbrarle a nuestro mundo, mucho que alumbrarle a los caminos de inclusión, de prevención y de educación que vamos pensando nosotros con ellos, a los caminos de recuperación de cualquier problemática referente al consumo, de cualquier tipo de situación de necesidad extrema; porque si nosotros no nos dejamos implicar y enseñar por ellos, de alguna manera los seguimos considerando como objetos. No hay otra manera de entrar en el vínculo, como Jesús entra con nosotros viniendo al mundo, que estar con ellos, y animarse a dejar que ellos cambien nuestra forma de ser, de sentir, de pensar. Hay un mundo adentro de cada pibe, una constelación de sentimientos y de valores, que si nosotros nos animáramos a callarnos más y a mirarlos más, y a escucharlos mejor, quizás nuestras respuestas estarían más señaladas por el amor. Y en eso creo que nuestra misión como Iglesia

es una misión de amor, una presencia de amor profundo en el corazón de ellos. Y cuando encontré ese modo de acercarme, de escucharlos y de dejarme querer y amar por ellos, también fue quizás la mejor manera que encontré de responder pastoralmente a la situación que me iba tocando. Creo que el cariño y la ternura son las dos experiencias sobre las que se forja una personalidad humana consistente, capaz de hacer el bien a otros, capaz de ser medianamente feliz y ser pleno y caminar con fuerza en la vida. Y ojalá nosotros pudiéramos, en el camino de nuestras instituciones, ir haciendo estas opciones, donde verdaderamente nuestros chicos van forjando su corazón, su mente, su espíritu, su cuerpo, toda su persona, donde va desarrollándose todo ese mundo complejo que es la subjetividad, que no es tan sencillo ni de escuchar ni de entender. Nosotros los vivimos rotulando. Chicos en situación de calle, chicos en situación de volquete. Y uno los ve y los escucha, y te dicen ‘padre, nosotros somos chicos que tenemos por delante la vida y queremos ser felices’. Ojalá podamos entre nosotros ir tejiendo un nuevo modo, una nueva manera de acercarnos a ellos, de vincularnos, dejando que también ellos nos alumbren el corazón y nos enseñen a vivir”.

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Padre Adrián Viola Párroco del Santuario de San Pantaleón

i La fe de m

pueblo

PANTALEÓN:

“el que se compadece de todos” San Pantaleón es el primer Santuario de América Latina dedicado al Patrono de la Salud. Está ubicado en el barrio de Mataderos, enfrente del histórico complejo de los Perales, inaugurado por Evita y cerquita de la cancha de Nueva Chicago. Hoy es un hermoso y moderno templo, pero cuando apenas llegó, hace 50 años atrás, la devoción al Santo comenzó con dos vago-

del hermano, del amigo, de otro para presentar con fe y confianza al Santo. Los servidores, preparados con sus chalecos reciben a cada persona que llega con una sonrisa, una estampita, un

“Queremos agradecer por la vida grandiosa que nos regalaste, por enseñarnos a crecer juntos, por

permitirnos valorar cada instante y

disfrutar el hecho de ser una familia

unida que sobrevive a los problemas de salud que se nos presentan. Gracias, San Pantaleón”

nes de tren en desuso y luego una pequeña capilla. Este 27 de julio se celebró la fiesta grande de San Pantaleón, este médico milagroso, Patrono de la salud y de los trabajadores de la salud. Es larga la fila que se forma este día para poder tomar gracia del Santo, vienen de distintos lugares para pedir y agradecer por la salud: física, espiritual y psíquica. Cada peregrino y peregrina trae sus peticiones, pero siempre trae la mochila cargada con las peticiones del vecino,

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mate cocido para que la espera no se haga tan dura. En la plaza de la esquina los jóvenes acompañan con la radio abierta. Detrás de cada persona que tiene problemas de salud, siempre hay una familia que acompaña, por eso este año celebramos que San Pantaleón, el santo de la salud, sigue cuidando a nuestras familias. El lema, elegido por los peregrinos, fue: “Padre, con San Pantaleón te pedimos por la salud, la paz y el trabajo para nuestras familias”. Nuestras fa-

milias sufren la enfermedad. Peregrinando al Santuario de San Pantaleón encuentran consuelo, paz, esperanza, salud. El Papa Francisco se pregunta: “¿Dónde están las puertas para llevar a los enfermos para que sean sanados?” Afirmamos que una de esas puertas es nuestro Santuario. Por eso, peregrinamos con fe hacia él, especialmente los días 27. Encontramos en nuestro Santuario, consuelo, paz, esperanza, salud. Venimos a pedirle y a agradecerle a San Pantaleón, médico


“Querido San Pantaleón: Te pido por las necesidades de mi familia, por

trabajo, salud, armonía, solidaridad y

comprensión. Pero preferiría que tú

eligieras lo que es mejor para nosotros”.

milagroso, que se dedicó a curar a los enfermos. Y como fruto de su vida entregada por Jesús y la gente, ahora, desde el cielo, sigue acompañando a los enfermos, pidiéndole a Dios por la salud de nuestras familias y el trabajo de los médicos, enfermeras, trabajadores y voluntarios de la salud. El Santuario es un “lugar familiar”. Las familias experimentan a Dios como Padre que nos cuida, a Jesús como Hermano que nos salva, a María con su ternura de Madre. También a San Pantaleón, como “a uno de la familia”. Peregrinamos en familia, y aunque uno venga solo, trae el pedido y el agradecimiento de un ser querido. Y nos llevamos la bendición, el consuelo, la paz de Dios para compartirlos con la familia. El Santo no sólo nos ayuda a sanar las enfermedades físicas, síquicas, espirituales, sino que también “sana” nuestras relaciones, vínculos…

Como resumen de todo lo vivido en las Fiestas Patronales, compartimos la oración de la Catequesis de este año: Padre misericordioso, hoy queremos pedirte por

nuestras familias.

Que, con tu ayuda, la enfermedad sea una ocasión

para fortalecer nuestros vínculos familiares, para crecer en la fe.

Que podamos vivir los momentos difíciles de dolor

y sufrimiento sostenidos por la cercanía y la oración de la comunidad.

Que podamos acompañar a otras familias que la

están pasando mal.

Te agradecemos por la compañía, el consuelo y la

fuerza que nos regalás por medio de tu Amigo San Pantaleón. Amén.

Santuario San Pantaleón - Monte 6869 – Tel: 4687-4178 www.sanpantaleon.com.ar

Escuelita Categoría 2004 a 2010

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Padre Rafael Marino. Santuario de San Cayetano

i La fe de m

pueblo

r a l u p o p n ó i c o v e d La

de San Cayetano

“La verdadera riqueza de nuestra pueblo es la espiritual, la que nos hace solidarios con los demás, la que nos mantiene de pie ante las pruebas y postergaciones, con una fe y una esperanza que no se quiebran ante las injusticia y las humillaciones”. Homilía del Cardenal Mario Poli - Fiesta de San Cayetano 2017 Pan y Trabajo son los íconos de nuestro Santuario que sintetizan de manera sencilla aquello que somos y buscamos. Conozco el Santuario desde antes de ser cura, cuando no creía en San Cayetano, y me llamaron para dar una mano, de esto hace 45 años; estuve dos días enteros sirviendo en la cola y ahí me dio vuelta la cabeza. Y ahora, como cura, el cardenal me dio la gracia de venir a vivir aquí durante la semana ya que soy párroco de una parroquia muy chiquita, la Encarnación del Señor en el barrio de La Paternal, donde estoy los fines de semana. Cuando vino San Cayetano y se hizo este templo, como ésta es una parroquia fronteriza, cerquita de la estación de trenes de Liniers y pegada al Gran Buenos Aires, es el lugar donde antiguamente pasaban los obreros, entonces era venir a pedir por el trabajo, para que les vaya bien, para que no les falte. Y así empezó esta devoción que quizás

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no sea conocida en ningún lado, pero justamente es conocida acá porque el Pueblo es fiel. No fue intención de la Iglesia que sea lo que es hoy. Lo hizo la gente, como con cualquier santuario. Los santuarios los hace la Fe de la gente. Los santuarios son alegría y también mucho dolor y mucha tristeza. Aquí viene gente por muchas cosas, la gente a la que le falta el trabajo, la salud, los documentos, entonces también el santuario tiene el Servicio Social donde los profesionales reciben a las personas que se acercan, porque los curas no estamos preparados para todo. Escuchar, eso es lo que hace el santuario, escucha a los más humildes. Y eso San Cayetano lo supo siempre. Es amigo de los trabajadores. Un amigo es aquel que está cerca, que nos comprende, y en este sentido San Cayetano está cerca del pueblo trabajador. Peregrinamos porque sabemos que el santo intercede y lo que le pedimos lo eleva a Dios y lo que le pedimos hoy es PAZ, JUSTICIA e IGUALDAD. En nuestros hogares, en nuestros barrios, la paz que necesitamos en todo el mundo. Pero no hay paz verdadera sin justicia y sin igualdad.

Pidamos entonces a San Cayetano, amigo de los trabajadores que nos conceda paz justicia e igualdad. Que seamos, Señor, manos unidas

en la oración y

en la generosidad.

Unidas a tus manos, unidas a las manos de los más pobres.

Manos sembradoras de Vida, lámparas de Esperanza, vuelos de Paz.

Manos solidarias, que dan

desde lo poco que se tiene y comparten el Pan entre todos.

Danos, Señor, tu mirada. Danos, Señor, tu mirada

y tus entrañas de compasión. Poné, Señor, nuestras mira-

das junto a otros corazones que guardan y callan

dolor.

Que como San Cayetano,

seamos capaces de devolver en ternura y coraje todo el amor que

recibimos de Vos. Amén. (Oración de la Hoja de

Catequesis del 7/8/2017

Santuario de San Cayetano)


Entrevista al Centro de Educación No Formal Servicio Social del Santuario de San Cayetano.

: o n a t e y a C n a S bajo

educación y tra

Capacitación para el empleo

Una mañana temprano, apenas unos días después de la fiesta grande de San Cayetano del 7 de agosto, nos acercamos al Santuario del Pan y del Trabajo, ubicado en el barrio de Liniers, casi pegadito a la General Paz. Lugar de paso, de frontera y de peregrinaje continuo, no sólo los días siete, muchas son las manos curtidas que cada día acarician al Santo pidiendo y agradeciendo el trabajo, el que se tiene, el que se anhela, el que se busca. También nosotros nos detenemos unos instantes frente a la imagen y agradecemos antes de dirigirnos a la “Casa del Santuario”, donde funciona el Servicio Social, en esa misma cuadra. En esta oportunidad nos acercamos a conocer la propuesta del área de Educación no Formal que ofrecen a la comunidad. Silvia Lugones es quien nos espera, ella es docente del curso de Auxiliar en Servicios Domésticos Generales, y nos cuenta su experiencia de trabajar en San Cayetano. “De chica vivía en Ciudadela y mi abuela era muy devota del Santo. En la época de la crisis

mi papá se quedó sin trabajo y empecé a venir asiduamente y me ofrecí como voluntaria en la oficina de empleo, era el año

2001. Después me formé como capacitadora y como licenciada en trabajo social. Así que San Cayetano me atraviesa por todos lados, y si bien soy empleada del GCBA, mi corazón esta acá, en el servicio social. Cuando empezamos solo había dos cursos, servicio doméstico y cuidado de personas. Hoy tenemos una oferta formativa mucho más amplia en base a los requerimientos que va teniendo la población. Y quienes trabajamos acá, entendemos que no es sólo dar el curso y nada más. La persona que viene a San Cayetano a capacitarse viene por algo más, y si bien la excusa es venir a cursar, tratamos de que sea su lugar, su espacio. Que haya un plus, que en definitiva es lo que se viene a buscar en un ambiente religioso. Un espacio de contención, de referencia. Conmigo vienen durante 30 días todos los días y vamos mostrándoles cómo es el trabajo, qué es lo que tendrían que pulir un poquito más, que lo sientan como un oficio y que ellos conozcan los deberes y los derechos que tienen y que antes no los hacían valer. Les hacemos valorar el curso como si fuera su primer lugar de trabajo. Vienen buscando la forma-

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ción, pero se dan situaciones muy lindas, se genera un espacio que no sólo es de aprendizaje sino también relacional. Ven que les pasan las mismas cosas, que comparten problemas familiares, con la pareja, con los hijos. Vienen algunas chicas muy

dan cuenta de que son capaces, entonces terminan el curso y, como acá hay escuela primaria y secundaria para adultos, se enganchan a seguir estudiando. Ver que logran ese cambio es muy lindo y gratificante. “La oficina de empleo es

Gabriela tiene 27 años y

de seis y ocho años. Vivía en Pontevedra y vendía ropa

ella, por suerte, ya está

trabajando y la tomaron toda la semana.

Ahora estoy cuidando

en Flores hasta que se mudó

a una señora los fines de

del Santuario. No conocía a

direcciones para poder dejar

a Ciudad de Bs As, cerquita

nadie, y fue la señora que le alquila la que le comentó de la Oficina de Empleo y los cursos de capacitación.

“Empecé con el curso

de Auxiliar de Cuidado de

Personas y ahora voy a hacer el de Servicio Doméstico.

Antes estaba como decaída y, cuando conocí a todos,

semana y me anoté todas las el curriculum.

También entré a la

empresa PSA de purificadores de agua para vender los

productos, porque ahí me

manejo el horario, y a partir de cuidar personas también puedo conocer gente que pueda interesarle.

Hay trabajo, la cuestión

empecé a alegrarme más

es organizarse con los chicos.

Me hice amiga de Marcela

ya tendré dos y es algo, y

porque conocí gente buena. y nos ayudamos las dos,

Cuando termine el otro curso los dos se relacionan con la alimentación y a este

proyecto nuevo de ventas. Me

tengo fe y

trato de ser

positiva. Quiero

perseverar”.

desanimadas, y cuando se van, se van bien, algunas incluso han seguido estudiando, porque se

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del Servicio Social son:

La Oficina de Empleo, la

Capacitación para el Empleo, la Unidad de Entrega de

Medicamentos y la Atención de Necesidades Múltiples a cargo de los trabajadores sociales.

El caminito de Gabriela Rodas dos hijos, Santiago y Tomás

Las cuatro patas básicas

como el corazón del servicio social”, nos dice Virginia Dib, la coordinadora del servicio, que también nos acompaña en la visita, “y para darles herramientas a la gente

para que puedan valerse por sí mismas, es fundamental la capacitación para el empleo. Entonces lo que ofrecemos es una serie de cursos donde nosotros damos el espacio y los elementos y, por convenio con el GCBA, ellos brindan los profesores. Actualmente la propuesta educativa incluye: Auxiliar en Servicios Domésticos Generales, Auxiliar en Atención y Cuidado de Personas, Pastelería, Reparador de PC, Serigrafía, Catering para Eventos, Peluquería, Electricidad y Cerámica en Frío. En 2016 se inscribieron 462 y aprobaron los cursos 244, y ese porcentaje se mantiene en los años, alrededor del 50% termina y obtienen un título, y eso queda registrado en nuestro sistema para cuando llaman los empleadores. “Creemos firmemente que la capacitación para el empleo es muy importante”, afirma con convicción Virginia, “porque darle herramientas a la gente permite que después se puedan manejar de otra manera, lo primordial es pasar de la asistencia a la promoción”. Servicio Social - San Cayetano Cuzco 220 Barrio de Liniers Ciudad de Buenos Aires, Tel./Fax - 54 11 4642-4973 4643-1101


O J A B A R T y EDUCACIÓN

d a id n ig d a l e d e t n el pue

visual. Asisten un poco más de cien alumnos y, en comparación una capacidad única y original con otros centros, éste significade sacar de sí mismo y de tivamente pequeño. Pablo Manzotti es profesor las personas que trabajan del centro desde hace doce años: con él el bien que Dios le ha “Empecé dando producción de puesto en el corazón”. radio y periodismo Francisco en radio cuando los Centro Arquidiocesano Santa María de Bs As.-CFP Nº21 cursos eran muchos Formando Comunicadores Los Centros de menos”, cuenta; “y Formación Profeen estos doce años sional (CFP) son vi crecer muchísimo instituciones eduel centro, se abrieron cativas que ofrecen nuevos cursos y más formar para el traoferta de horarios de bajo. Abarcan desde los que ya existían. la formación inicial Este es el primer cenhasta la formación tro de formación en continua para jóvetoda la ciudad que nes y adultos, desaestuvo dedicado a la rrollando capacidacomunicación y, al des y fortaleciendo ser los cursos totalconocimientos para mente gratuitos, hay generar proyectos una gran heterogeproductivos propios neidad en las persoindividuales o colecnas que asisten; desde tivos o mejorar el nivel de desUbicado en pleno cenempeño y remuneración en los tro de la Ciudad de BueLa Educación Técnico Profesional lugares de trabajo. nos Aires, a pocos metros es un factor clave para el Las características de los cur- de la plaza de mayo se sos pueden ser muy variadas: encuentra el Centro Arqui- crecimiento económico sostenido un cuatrimestre, un semestre, diocesano Santa María de y sustentable, para superar un año, dos años, dependiendo Buenos Aires, el CFP 21. El la pobreza, la desigualdad y de los marcos de referencia para Centro nace a partir de la generar incidencias directas cada perfil profesional. Las certi- existencia del centro telesobre la calidad del trabajo y la ficaciones son, en algunos casos, visivo arquidiocesano hace validadas con el sector producti- más de 20 años. Conveniaproductividad económica. vo; en otros, son certificaciones do con el Arzobispado de que otorga el Centro de Forma- Buenos Aires, es un espacio de quienes no han terminado la prición Profesional validado por el formación profesional dedicado maria, alumnos con secundario Ministerio de Educación de cada a cubrir diferentes áreas de la completo, incluso universitarios jurisdicción. comunicación gráfica y audio- y terciarios. “Cada hombre lleva en sí

En la ciudad de Buenos Aires, existen 58 centros, visitamos tres que articulan con la Iglesia para adentrarnos un poco más en la forma de trabajo, el espíritu y la impronta que cada uno.

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Los principales cursos que se dictan son: periodismo en radio/ televisivo y gráfico - Producción de radio y televisión - Editor de video - Crítica de cine - Uso del Ordenador en Aplicaciones de Sonido para Radio y Televisión. “La experiencia es muy positiva”, agrega Pablo, “todos los docentes trabajamos en lo que enseñamos y hay una experiencia práctica muy fuerte comparada con otros ámbitos educativos. Se encuentran canales de vínculo y de “bajada” profesional en la realización de los proyectos y, a menudo, quienes asisten siguen vinculados, porque los convoca un proyecto en común. Y darle espacio a todo el mundo, cuando los cursos de comunicación en general son carísimos, es un desafío que nos enriquece a todos”.

oficial, y con el tiempo fue creciendo hasta crearse el Centro de Formación Profesional N19, que actualmente dicta cursos en 10 sedes con una matrícula anual de aproximadamente 2800 alumnos. La principal sede está en la calle Guaraní al 200, en Parque Patricios, y fue allí donde nos encontramos con Carlos Frías y Mariana Cossio – Referentes del CFP que nos mostraron la sede, donde además funciona el Hogar para hombres que están en situación de calle. Mientras recorremos los distintos espacios del lugar, Mariana

Entre 2005 y 2006 fue cuanto más creció el centro y llegamos a ser nueve anexos en parroquias y vicarías, más la sede central”. Carlos agrega: “La gente se acerca y conoce mucho por el boca en boca, gente que hizo el curso y le cuenta a otra. Y también desde Desarrollo Social contamos con el programa FIT que otorga becas de capacitación, entonces muchos chicos de los que quizás se anotan para estudiar por la beca después conocen la escuela y se anotan en los cursos. También mucha gente del Hogar hace los cursos. “Sabemos que en las pobla-

nos cuenta que “con el tiempo los cursos fueron cambiando en su modalidad, algunos cuatrimestrales, anuales, otros de dos años. Así como cambiaron mucho los programas y el tipo de certificación. Hasta el 2015 la certificación la extendía el Ministerio de Educación de ciudad y a partir de ese año se hizo convenio con el INET, (Instituto Nacional de Educación Tecnológica. Antes eran todos cursos separados, panadería, pastelería. Ahora lo que es gastronomía se amplió y son carreras con 8 materias y la certificación es a nivel nacional, prácticamente es un terciario.

ciones vulnerables el problema no es solamente la falta de trabajo”, explica Mariana, “muchas mujeres que vienen son madres solteras, entonces acá tenemos trabajador social y también ayudamos con otros aspectos aparte de la formación. Por ejemplo a partir de este año en este mismo espacio funciona la terminalidad de primaria, y es muy bueno porque articulamos con ellos y los alumnos que no tienen el primario pueden terminar y recibirse; y después, cuando muestran orgulloso su certificado, ahí dimensionan lo que es la capacitación. O empiezan por los cursos y después se dan cuenta que les gusta

CPF21 - Bolivar 216 2º piso –Teléfono: 4342-8512

Centro Solidario San José -CFP Nº19 Ser Capaces

Cáritas Bs. As. junto al G.C.B.A. lleva adelante desde hace más de diez años una propuesta de capacitación laboral que comenzó con cursos sin certificación

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y son capaces y se anotan para hacer una tecnicatura y seguir estudiando”. Campaña anual de Pan Dulce A fin de año la Escuela de Gastronomía Pan de Vida convoca a los alumnos interesados en realizar una práctica rentada, y, bajo la supervisión de docentes y profesionales pasteleros se arman alrededor de 6000 Pan dulces en 10 días. Es un trabajo, pero al mismo tiempo una capacitación.

CPF19 - Guaraní 272 – Teléfono: 4911-0301

Padre Daniel de la Sierra - CFP Nº15 En clave territorial

En la zona sur de la ciudad, en el barrio de Barracas se encuentra el CFP N15. Este centro fue inaugurado en abril del año 2003 y quien nos recibe es Claudio, el regente, quien ha estado desde sus inicios. Cuando se creó apenas contaba con cinco certificaciones de cursos, hoy tienen 40 comisiones correspondientes a 19 certificaciones. Funciona en un edificio de la parroquia Virgen de los Milagros

de Caacupé de la villa 21-24 y NHT Zavaleta, sobre la calle Pepirí, como parte del Centro Juvenil “Padre Daniel de la Sierra” y fue pensado en su momento por los Padres Pepe y Toto, como un espacio donde formar integralmente a los jóvenes y darles una salida laboral. Mientras visitamos los distintos talleres Claudio nos cuenta que “hoy el problema es el espacio, todo resulta chico y las cosas están amontonadas. En respuesta a esto hicimos un proyecto a comienzos del año pasado y por medio de un mecenazgo y del Arzobispado, compramos un galpón en esta misma cuadra y allí la

idea es mudar los talleres duros: mecánica automotriz, herrería, soldadura, electricidad, carpintería. Tenemos un total de 2500 inscripciones, que es un montón. Y el porcentaje de egresados en relación a los inscriptos es de más del 65%, que es muy alto. Los cursos son abiertos a la comunidad pero la mayor parte de la matrícula, el 75%, se cubre con la población del barrio, donde el promedio de edad no supera los

30 años. Lo que nos define como un centro territorial. El diseño curricular de cada curso es el mismo en todos los CFP. Después nosotros sabemos que hay herramientas que le sirven más a nuestra gente y profundizamos algunos contenidos y actividades. Los principales cursos que se dictan son: herrería (artística y de obra), soldadura por arco eléctrico, mecánica automotriz, carpintería (de banco y maquinista), imprenta, gastronomía (cocinero, panadero y pastelero), electricidad, diseño gráfico asistido por computadora, informática para la administración y gestión, decoración artesanal de tortas, artesanías (cerámica, velas, escultura). Durante la mañana, junto a Claudio, visitamos todos los talleres, la charla fue larga y es imposible resumirla en tan pocas líneas, pero lo que se transmite en “Pepirí” es pasión por lo que hacen y por el oficio. “Yo soy un enamorado de esto”, nos dice Claudio, “acá hay que construir… y eso hacemos todos los días… brindarles la capacitación y las herramientas personales y espirituales que necesitan para que ellos mismos puedan construir su propio proyecto de vida”. “Centro Juvenil Padre Daniel de La Sierra” CPF N° 15 Pepirí 1462/64 Teléfono: 4912-4500

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a i s e l g I a l a r i i l i v i m a V F n e y ida en sal

“Cuánto me han enseñado ustedes con su lucha diaria, cuánto agradezco haberlos conocido, cuánto bien me hicieron y me hacen hoy. Vale la pena seguir adelante, vale la pena luchar, vale la pena Jesús y su madre la Virgen. No se dejen robar la esperanza, no compren buzones… Hoy el Hogar de Cristo es una realidad grande, muy grande… Los imagino muy unidos, unidos al corazón de Jesús y al de la Virgen, y de cuya unión se derraman todas las gracias. Estoy unido a Uds. íComo me hubiera gustado estar personalmente ahí!” (Carta de Francisco por el 5º aniversario del Hogar de Cristo, 11-04-2013)

El 8 y 9 de julio pasados, se realizó el 1er. Encuentro de los Centros Barriales de la Familia Grande Hogar de Cristo, en Ramos Mejía, Buenos Aires, bajo el lema “Compartiendo nuestra mirada en familia”, donde participaron aproximadamente 400 personas de todo el país. “El camino que elegimos no es fácil, es arduo, pero seguimos adelante porque vemos la alegría de aquellos jóvenes que pudieron ponerse de pie, empezaron a caminar, y hasta hoy acompañan a otros jóvenes. De esta manera nos damos cuenta que esta lucha valió la pena, y así se construye la Familia Grande Hogar de Cristo”, con estas palabras del P. Pepe Di Paola comenzó el 1er. Encuentro

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Nacional de Centros Barriales y Familia Grande Hogar de Cristo. Allí se reunieron las numerosas comunidades, de más de 70 Centros Barriales de gran parte de la Argentina, desde Tierra del Fuego hasta Jujuy, quienes abordan la compleja realidad de las adicciones desde una perspectiva más integral, pastoral y comunitaria. El encuentro fue organizado por integrantes de los Centros Barriales de Cáritas y Familia Grande Hogar de Cristo, que trabajan conjuntamente para dar respuesta a esta problemática. Como expresaba Pablo Vidal -integrante del área Abordaje Pastoral y Comunitario de las Adicciones de Cáritas Argentina-: “Este Encuentro lo pensamos como un espacio para volver a recordar nuestra fuente, nuestra

historia, para pensar y volver nuestra mirada a los puntos básicos que nos aúnan”. En el mismo, se realizaron exposiciones cortas que sirvieron como disparadores para trabajos en grupo, allí se reflexionó sobre el recorrido de cada centro barrial, la realidad en cada lugar, modos de abordaje; en definitiva, cómo caminar mejor en familia. Entre los expositores había personas que comenzaron hace pocos meses, así como también algunos que trabajan hace más de nueve años, considerando que cada lugar tiene su propio don para aportar, su propia riqueza que enriquece a toda la red. La organización del Encuentro reflejó en gran medida el espíritu comunitario que anima los Centros Barriales. Pablo Vidal nos relata: “De la cocina se hizo cargo un equipo de la Villa 31, chicos que también llevan una historia de consumo, y cocinaron para unas cuatrocientas personas. Por otro lado, estaban los servidores, integrados por jóvenes de los grupos misioneros de los Centros. También tuvimos un ministerio de música, para animar los distintos momentos con gente de La Matanza y de Villa Palito. Se armó entre todos, cada Centro fue aportando lo suyo: el pan y la pizza los trajo gente de La Matanza, el locro lo trajo un equipo de la Villa 21, las mermeladas para el desayuno y merienda, así como algunos elementos de limpieza fueron provistos por la Granja Madre Tere-


sa de General Rodríguez, donde se producen. Hubo también una exposición, con ferias, donde la gente trajo los productos que realizan en sus centros barriales. Hubo un momento de gestos, ya que en la misa cada dispositivo entregaba tierra traída de su lugar de origen con sus banderas identificatorias. Un encuentro construido entre todos, muy federal”.

Propuesta eclesial, ecuménica y articulada con quienes caminan en los barrios de nuestro país, teniendo en cuenta que nadie sobra y que todos tenemos algo para aportar. Con un recorrido desde la horizontalidad, donde circulan las decisiones, los roles, la información y el saber. “Fuimos convocados para conocer la propuesta y nos sentimos invitados a compartir

una fiesta, la fiesta del camino con sus dolores y alegrías. Cada centro barrial va tomando características distintas de acuerdo al contexto. Pero claramente se ven los hilos invisibles que les dan unidad. La referencia a la praxis de Jesús con los más pequeños, el cuidado de la vida y compartir los frutos del Reino presente y en continua construcción”, reflexiona el P. Juan Rosasco, de Formosa. Hubo muchísimo entusiasmo por parte de todos para participar de las charlas generales sobre la mirada que guía nuestro acompañamiento; sobre el centro barrial como familia y la integralidad de las intervenciones; sobre las tensiones y desafíos que implica acompañar los procesos autónomos, teniendo como eje a la persona y su libertad; sobre el modo de construir y conformar equipos capaces de acompañar estos procesos en relaciones horizontales. Del mismo modo, la participación fue muy rica y enriquecedora para todos en las charlas sobre temas más específicos que hacen a los Centros Barriales. “Nuestro sueño es acompa-

Horario: Lu a Vi de 9 a 12.30hs y de 15 a 20hs - Sábado de 9 a 13hs Avellaneda 1499 Tel:4431-4312

ñar procesos autónomos, que la persona con sus posibilidades pueda hacerse cargo de su vida, se haga responsable de su vida. Entendiendo que uno es feliz cuando toma la vida en sus manos”, nos expresaba Andrés Itioz, en el panel “Mirada transformadora”, brindándonos pequeñas luces para acompañar a cada uno, en este proceso artesanal de “acompañar la vida como viene”, lema que acompaña diariamente a los Centros Barriales del Hogar de Cristo. Principalmente, en el Encuentro pudimos experimentar la importancia de vernos, de escucharnos, animarnos en esta tarea de acompañar a los hermanos que más nos necesitan, y celebrar juntos la alegría de ser Iglesia. “La Familia del Hogar de Cristo va aprendiendo día a día, esa es nuestra gran virtud, y se va acomodando a los lugares, a los tiempos, a las mismas dificultades y a los cambios, por eso nos sentimos una gran familia y no un grupo. Somos una familia donde cada uno tiene una capacidad, una cualidad, algo para aportar”, comentaba el P. Pepe Di Paola. Web: hogardecristo.org.ar info@hogardecristo.org.ar

Familia - Adicciones - Parejas - Crisis Vitales Orientación del Desarrollo Personal

dtantucci@hotmail.com

Tel. 2057-6738 Cel.15-61332412

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agenda Colecta Más por Menos Tu SOLIDARIDAD fortalece mi ESPERANZA Donaciones: en todas las parroquias, colegios y demás

instituciones católicas del País.

sábado 9 y domingo 10 de SeptiembrE Otras formas de donar durante todo el año consulta al:

011-4394-2065 - colectamaspormenos@cea.org.ar

Cáritas Flores La SONRISA de un NIÑO nos convoca a CAMINAR

Vicaría para niños

21 de Octubre 14,30hs - Luna Park #MISACHICOS2017

30 DE SEPTIEMBRE Santuario de san Cayetano

Instituto Nuestra Señora de Fátima DIRECCIÓn - Portela y José Barros Pazos

Encuentro para nuestros pibes

43ª Peregrinación a pie a Luján

12hs

23 DE SEPTIEMBRE de 9 a 16hs

MISA Arquidiocesana de Niños

Vicaría de jóvenes Juntarnos es el tiempo

10° Misa

por las Víctimas de la Trata y la Exclusión

Para reflexionar sobre los

JÓVENES y el REINO

juntarnos.vicariajovenesbsas.org.ar

juntarnos@vicariajovenesbsas.org.ar

22 DE SEPTIEMBRE - 17hs plaza constitución (a la altura de Juan de Garay y Lima)

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28 y 29 DE octubRE casa salesiana almagro


Iván Ariel Fresia sdb. Doctor en Historia (UNCuyo) y postgraduado en Estudios y Políticas de juventud en América latina (FLACSO).

Diferenciación social y segregación territorial A

los

chicos

les

queremos

pedir perdón porque no siempre

los tomamos en serio, porque no siempre ponemos los medios

ESPACIALIDAD DES DE LAS DESIGUALelDA tipo de conflictos que se

para que su horizonte no termine en la esquina, porque mu-

chas veces no acertamos a en-

tusiasmarlos con horizontes más grandes, que les hagan valorar

lo que recibieron y tienen que transmitir ¡porque muchas veces no supimos hacerlos soñar! Me

gusta mucho una expresión de un autor americano que dice que Dios nos dio dos ojos, uno de

carne y otro de vidrio. Con el

ojo de carne vemos lo que miramos, con el ojo de vidrio vemos lo que soñamos. ¿Enseñamos a

nuestros chicos a ver la vida con estos dos ojos? ¿Nuestros chicos

salen con la capacidad de soñar o salen apurados para poder llegar a la esquina y poder tener el

papelito? Así que a los chicos les pedimos perdón por nuestra incapacidad de hacerlos soñar, de ponerles horizontes grandes.

Card. J.Bergoglio, 14-04-2010

Misa por le Educación

Las formas de diferenciación social conforman una segregación territorial. En este sentido, hay escuelas o lugares de trabajo o sectores residenciales que, por su ubicación en un determinado territorio, por el tipo de vecinos o alumnos caracterizados, por

generan y las maneras de resolución, los modos de disciplinamiento y códigos territoriales, refuerzan las elecciones de los que pueden elegir vivir en un determinado barrio, concurrir a una cierta escuela o conseguir un trabajo. Esa territorialización configura estigmas. Por ejemplo: los “negros” del barrio van a tal o cual escuela y los demás a otras; los “repitentes” y con sobre-edad a tal, los “drogones” a aquella y los “violentos” a ésta otra. Ese tipo de etiqueta refuerza una diferenciación social, más por las representaciones de los vecinos y la construcción social del “otro diferente” que por la realidad misma. Las desigualdades sociales intensifican las formas de agregación de familias y de vecinos, de los jóvenes y de los alumnos, de trabajadores y empleados en

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. director . Adrián Pablo Bennardis

determinados espacios. La segregación viene a confirmar la necesidad imperiosa de alejarse visiblemente del hábitat y también, simbólicamente, de la categoría social, que se encuentra por debajo de la que ocupa uno actualmente. El acceso de la clase media a la escuela o al club, el pago de una cuota, ciertas ritualidades y consumos culturales de la otra clase (en este caso, la clase superior) refuerzan la idea de segregación: dejar de ser lo que se era, sobre todo si se era pobre o de un sector popular, para parecer otra de otra clase o sector social. Aspecto que justifica el mérito personal y, sin escrúpulos, legitima una justicia meritocrática cruel: a cada uno lo que le corresponde en función de las oportunidades, del esfuerzo o del trabajo, del contexto, etc. Las instituciones son meritocráticas, y contra todo, discursos progresistas de los maestros y directivos, de políticos e activistas

también, tanto las políticas públicas como el mercado de trabajo y las expectativas de las familia avalan, refuerzan y generalizan produciendo guetos que agrupan a iguales (en algunos aspectos caracterizados). Por eso tiene razón Dubet cuando afirma que “la crítica social realizada en nombre de la igualdad [de oportunidades] tropieza con la crítica moral del mérito, según la cual las víctimas de las desigualdades más flagrantes son presuntamente responsables de su suerte”, porque no pudieron, no supieron o no quisieron aprovechar las oportunidades disponibles. La separación de alumnos, de ciudadanos y sectores sociales en determinados territorios según nivel socioeconómico, por el territorio de procedencia, por el capital cultural o por el nivel de escolarización de los padres refuerza con circuitos de escolarización desiguales, con barrios cerrados o con asentamientos precarios la desigualdad que preferimos a costas de un discurso de vanguardia. Las políticas públicas y las prácticas sociales no crean las desigualdades (aunque a veces sí) sino que agudizan las desigualdades ya existentes. NOTAS: 1 - VELEDA, Cecilia, La segregación educativa. Entre la fragmentación de las clases medias y la regulación atomizada, Buenos Aires, 2012.. 2- DUBET, François, ¿Por qué preferimos la desigualdad? (aunque digamos lo contrario), Buenos Aires, 2015, p. 37.

. secretaria de redacción . Florencia Laje . colaboradores . Julio Bello Virginia Oliveira Marisa Echarte Olga Ovejero . agradecemos la colaboración de . Mario Poli Inst. Virgen Inmaculada Inst. Virgen de Cacupeé Inst. Ntra. Sra del Carmen Inst. Santa Elisa Ins. San Judas Tadeo Inst. Santa María Madre del Pueblo Inst. Ntra. Sra. de la Misericordia Santiago Fraga Adrián Viola Rafael Marino Virginia Dib Gabriela Rodas Silvia Lugones CFP Nº 15- CFP Nº 19 CFP Nº 21 . propietario . Arzobispado de Bs. As. Venezuela 4145 - Capital Tel: 4982-4611 cadenya@pastoralfamiliar.org.ar www.pastoralfamiliar.org.ar En caso de reproducción total o parcial de las notas que aparecen en esta revista, citar la fuente. Registro de la propiedad Intelectual N° 5164821 Queda hecho el depósito que dicta la ley N°11.723. . diseño gráfico . Florencia Laje . corrección . Ricardo Rubio . impresión . Gráfica Pittelli Chivilcoy Provincia de Bs. As.

FM 107.1 Radio Pan y Trabajo @fmpanytrabajo Av. Rivadavia 413 Piso 5 CP Tel: 54-11-4342-3237



transformar la mirada y el

corazón

Comunicarnos busca ser espejo de tantas realidades injustas de las que son víctimas nuestros niños, niñas y adolescentes. Deseamos hacernos eco de la presencia de la Iglesia comprometida con transformar la mirada y el corazón, una Iglesia que es familia y abraza amorosamente a todos sus hijos.


cuarta entrega - revista

La

Patriaal

hombro

Iglesia y emergencia Mensaje del Papa Francisco I JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES

No amemos de palabra sino con obras 19 nov. 2017

1.

«Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras» (1 Jn 3,18). Estas palabras del apóstol Juan expresan un imperativo que ningún cristiano puede ignorar. La seriedad con la que el «discípulo amado» ha transmitido hasta nuestros días el mandamiento de Jesús se hace más intensa debido al contraste que percibe entre las palabras vacías presentes a menudo en nuestros labios y los hechos concretos con los que tenemos que enfrentarnos. El amor no admite excusas: el que quiere amar como Jesús amó, ha de hacer suyo su ejemplo; especialmente cuando se trata de amar a los pobres. Por otro lado, el modo de amar del Hijo de Dios lo conocemos bien, y Juan lo recuerda con claridad. Se basa en dos pilares: Dios nos amó primero (cf. 1 Jn 4,10.19); y nos amó dando todo, incluso su propia vida (cf. 1 Jn 3,16). Un amor así no puede quedar sin respuesta. Aunque se dio de manera unilateral, es decir, sin pedir nada a cambio, sin embargo inflama de tal manera el corazón que cualquier persona se siente impulsada a

corresponder, a pesar de sus limitaciones y pecados. Y esto es posible en la medida en que acogemos en nuestro corazón la gracia de Dios, su caridad misericordiosa, de tal manera que mueva nuestra voluntad e incluso nuestros afectos a amar a Dios mismo y al prójimo. Así, la misericordia que, por así decirlo, brota del corazón de la Trinidad puede llegar a mover nuestras vidas y generar compasión y obras de misericordia en favor de nuestros hermanos y hermanas que se encuentran necesitados.

2.

«Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha» (Sal 34,7). La Iglesia desde siempre ha comprendido la importancia de esa invocación. Está muy atestiguada ya desde las primeras páginas de los Hechos de los Apóstoles, donde Pedro pide que se elijan a siete hombres «llenos de espíritu y de sabiduría» (6,3) para que se encarguen de la asistencia a los pobres. Este es sin duda uno de los primeros signos con los que la comunidad cristiana se presentó en la escena del mundo: el servicio a los más pobres. Esto fue posible porque comprendió que la vida de los discípulos de Jesús se tenía que manifestar en una fraternidad y solidaridad

que correspondiese a la enseñanza principal del Maestro, que proclamó a los pobres como bienaventurados y herederos del Reino de los cielos (cf. Mt 5,3). «Vendían posesiones y bienes y los repartían entre todos, según la necesidad de cada uno» (Hch 2,45). Estas palabras muestran claramente la profunda preocupación de los primeros cristianos. El evangelista Lucas, el autor sagrado que más espacio ha dedicado a la misericordia, describe sin retórica la comunión de bienes en la primera comunidad. Con ello desea dirigirse a los creyentes de cualquier generación, y por lo tanto también a nosotros, para sostenernos en el testimonio y animarnos a actuar en favor de los más necesitados. El apóstol Santiago manifiesta esta misma enseñanza en su carta con igual convicción, utilizando palabras fuertes e incisivas: «Queridos hermanos, escuchad: ¿Acaso no ha elegido Dios a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino, que prometió a los que le aman? Vosotros, en cambio, habéis afrentado al pobre. Y sin embargo, ¿no son los ricos los que os tratan con despotismo y los que os arrastran a los tribunales? [...] ¿De qué le sirve a


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uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: “Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago”, y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta» (2,5-6.14-17).

3.

Ha habido ocasiones, sin embargo, en que los cristianos no han escuchado completamente este llamamiento, dejándose contaminar por la mentalidad mundana. Pero el Espíritu Santo no ha dejado de exhortarlos a fijar la mirada en lo esencial. Ha suscitado, en efecto, hombres y mujeres que de muchas maneras han dado su vida en servicio de los pobres. Cuántas páginas de la historia, en estos dos mil años, han sido escritas por cristianos que con toda sencillez y humildad, y con el generoso ingenio de la caridad, han servido a sus hermanos más pobres. Entre ellos destaca el ejemplo de Francisco de Asís, al que han seguido muchos santos a lo largo de

los siglos. Él no se conformó con abrazar y dar limosna a los leprosos, sino que decidió ir a Gubbio para estar con ellos. Él mismo vio en ese encuentro el punto de inflexión de su conversión: «Cuando vivía en el pecado me parecía algo muy amargo ver a los leprosos, y el mismo Señor me condujo entre ellos, y los traté con misericordia. Y alejándome de ellos, lo que me parecía amargo se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo» (Test 1-3; FF 110). Este testimonio muestra el poder transformador de la caridad y el estilo de vida de los cristianos. No pensemos sólo en los pobres como los destinatarios de una buena obra de voluntariado para hacer una vez a la semana, y menos aún de gestos improvisados de buena voluntad para tranquilizar la conciencia. Estas experiencias, aunque son válidas y útiles para sensibilizarnos acerca de las necesidades de muchos hermanos y de las injusticias que a menudo las provocan, deberían introducirnos a un verdadero encuentro con los pobres y dar lugar a un compartir que se convierta en un estilo de vida. En efecto, la oración, el camino del discipulado y la conversión encuentran en la caridad, que se transforma en compartir, la prueba de su autenticidad evangélica. Y esta forma de vida produce alegría y serenidad espiritual, porque se toca con la mano la carne de Cristo. Si realmente queremos encontrar a Cristo, es necesario que toquemos su cuerpo en el cuerpo llagado de los pobres, como confirmación de la comunión sacramental recibida en la Eucaristía. El Cuerpo

La pobreza tiene el rostro de mujeres, hombres y niños explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero.

de Cristo, partido en la sagrada liturgia, se deja encontrar por la caridad compartida en los rostros y en las personas de los hermanos y hermanas más débiles. Son siempre actuales las palabras del santo Obispo Crisóstomo: «Si queréis honrar el cuerpo de Cristo, no lo despreciéis cuando está desnudo; no honréis al Cristo eucarístico con ornamentos de seda, mientras que fuera del templo descuidáis a ese otro Cristo que sufre por frío y desnudez» (Hom. in Matthaeum, 50,3: PG 58). Estamos llamados, por lo tanto, a tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad. Su mano extendida hacia nosotros es también una llamada a salir de nuestras certezas y comodidades, y a reconocer el valor que tiene la pobreza en sí misma.

4.

No olvidemos que para los discípulos de Cristo, la pobreza es ante todo vocación para seguir a Jesús pobre. Es un caminar detrás de él y con él, un camino que lleva a la felicidad del reino de los cielos (cf. Mt 5,3; Lc 6,20). La pobreza significa un corazón humilde que sabe aceptar la propia condición de criatura limitada y pecadora para superar la tentación de omnipotencia, que nos engaña haciendo que nos creamos inmortales. La pobreza es una actitud del corazón que nos impide considerar el dinero, la carrera, el lujo como objetivo de vida y condición para la felicidad. Es la pobreza, más bien, la que crea las condiciones para que nos hagamos cargo libremente de nuestras responsabilidades personales y sociales, a pesar de nuestras limitaciones, confiando en la cercanía de Dios y sostenidos por su gracia. La pobreza, así entendida, es la medida que permite valorar el uso adecuado de los bienes materiales, y también vivir los vínculos y los afectos de modo generoso y desprendido (cf. Catecismo de la


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Iglesia Católica, nn. 25-45). Sigamos, pues, el ejemplo de San Francisco, testigo de la auténtica pobreza. Él, precisamente porque mantuvo los ojos fijos en Cristo, fue capaz de reconocerlo y servirlo en los pobres. Si deseamos ofrecer nuestra aportación efectiva al cambio de la historia, generando un desarrollo real, es necesario que escuchemos el grito de los pobres y nos comprometamos a sacarlos de su situación de marginación. Al mismo tiempo, a los pobres que viven en nuestras ciudades y en nuestras comunidades les recuerdo que no pierdan el sentido de la pobreza evangélica que llevan impresa en su vida.

5.

Conocemos la gran dificultad que surge en el mundo contemporáneo para identificar de forma clara la pobreza. Sin embargo, nos desafía todos los días con sus muchas caras marcadas por el dolor, la marginación, la opresión, la violencia, la tortura y el encarcelamiento, la guerra, la privación de la libertad y de la dignidad, por la ignorancia y el analfabetismo, por la emergencia sanitaria y la falta de trabajo, el tráfico de personas y la esclavitud, el exilio y la miseria, y por la migración forzada. La pobreza tiene el rostro de mujeres, hombres y niños explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero. Qué lista inacabable y cruel nos resulta cuando consideramos la pobreza como fruto de la injusticia social, la miseria moral, la codicia de unos pocos

y la indiferencia generalizada. Hoy en día, desafortunadamente, mientras emerge cada vez más la riqueza descarada que se acumula en las manos de unos pocos privilegiados, con frecuencia acompañada de la ilegalidad y la explotación ofensiva de la dignidad humana, escandaliza la propagación de la pobreza en grandes sectores de la sociedad entera. Ante este escenario, no se puede permanecer inactivos, ni tampoco resignados. A la pobreza que inhibe el espíritu de iniciativa de muchos jóvenes, impidiéndoles encontrar un trabajo; a la pobreza que adormece el sentido de responsabilidad e induce a preferir la delegación y la búsqueda de favoritismos; a la pobreza que envenena las fuentes de la participación y reduce los espacios de la profesionalidad, humillando de este modo el mérito de quien trabaja y produce; a todo esto se debe responder con una nueva visión de la vida y de la sociedad. Todos estos pobres —como solía decir el beato Pablo VI— pertenecen a la Iglesia por «derecho evangélico» (Discurso en la apertura de la segunda sesión del Concilio Ecuménico Vaticano II, 29 septiembre 1963) y obligan a la opción fundamental por ellos. Benditas las manos que se abren para acoger a los pobres y ayudarlos: son manos que traen esperanza. Benditas las manos que

La pobreza es el fruto de la injusticia social, la miseria moral, la codicia de unos pocos y la indiferencia generalizada. vencen las barreras de la cultura, la religión y la nacionalidad derramando el aceite del consuelo en las llagas de la humanidad. Benditas las manos que se abren sin pedir nada a cambio, sin «peros» ni «condiciones»: son manos que hacen descender sobre los hermanos la bendición de Dios.

6.

Al final del Jubileo de la Misericordia quise ofrecer a la Iglesia la Jornada Mundial de los Pobres, para que en todo el mundo las comunidades cristianas se conviertan cada vez más y mejor en signo concreto del amor de Cristo por los últimos y los más necesitados. Quisiera que, a las demás Jornadas mundiales establecidas por mis predecesores, que son ya una tradición en la vida de nuestras comunidades, se añada esta, que aporta un elemento delicadamente evangélico y que completa a todas en su conjunto, es decir, la predilección de Jesús por los pobres. Invito a toda la Iglesia y a los hombres y mujeres de buena voluntad a mantener, en esta jornada, la mirada fija en quienes tienden sus manos clamando ayuda y pi-


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diendo nuestra solidaridad. Son nuestros hermanos y hermanas, creados y amados por el Padre celestial. Esta Jornada tiene como objetivo, en primer lugar, estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro. Al mismo tiempo, la invitación está dirigida a todos, independientemente de su confesión religiosa, para que se dispongan a compartir con los pobres a través de cualquier acción de solidaridad, como signo concreto de fraternidad. Dios creó el cielo y la tierra para todos; son los hombres, por desgracia, quienes han levantado fronteras, muros y vallas, traicionando el don original destinado a la humanidad sin exclusión alguna.

7.

Es mi deseo que las comunidades cristianas, en la semana anterior a la Jornada Mundial de los Pobres, que este año será el 19 de noviembre, Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario, se comprometan a organizar diversos momentos de encuentro y de amistad, de solidaridad y de ayuda concreta. Podrán invitar a los pobres y a los voluntarios a participar juntos en la Eucaristía de ese domingo, de tal modo que se manifieste con más autenticidad la celebración de la Solemnidad de Cristo Rey del universo, el domingo siguiente. De hecho, la realeza de Cristo emerge con todo su significado más genuino en el Gólgota, cuando el Inocente clavado en la cruz, pobre, desnudo y privado de todo, encarna y revela la plenitud del amor de Dios. Su completo abandono al Padre expresa su pobreza total, a la vez que hace evidente el poder de este Amor, que lo resucita a nueva vida el día de Pascua. En ese domingo, si en nuestro vecindario viven pobres que solicitan protección y ayuda, acerquémonos a ellos: será el momento propicio

para encontrar al Dios que buscamos. De acuerdo con la enseñanza de la Escritura (cf. Gn 18, 3-5; Hb 13,2), sentémoslos a nuestra mesa como invitados de honor; podrán ser maestros que nos ayuden a vivir la fe de manera más coherente. Con su confianza y disposición a dejarse ayudar, nos muestran de modo sobrio, y con frecuencia alegre, lo importante que es vivir con lo esencial y abandonarse a la providencia del Padre.

8.

El fundamento de las diversas iniciativas concretas que se llevarán a cabo durante esta Jornada será siempre la oración. No hay que olvidar que el Padre nuestro es la

Dios creó el cielo y la tierra para todos; son los hombres, por desgracia, quienes han levantado fronteras, muros y vallas. oración de los pobres. La petición del pan expresa la confianza en Dios sobre las necesidades básicas de nuestra vida. Todo lo que Jesús nos enseñó con esta oración manifiesta y recoge el grito de quien sufre a causa de la precariedad de la existencia

y de la falta de lo necesario. A los discípulos que pedían a Jesús que les enseñara a orar, él les respondió con las palabras de los pobres que recurren al único Padre en el que todos se reconocen como hermanos. El Padre nuestro es una oración que se dice en plural: el pan que se pide es «nuestro», y esto implica comunión, preocupación y responsabilidad común. En esta oración todos reconocemos la necesidad de superar cualquier forma de egoísmo para entrar en la alegría de la mutua aceptación.

9.

Pido a los hermanos obispos, a los sacerdotes, a los diáconos —que tienen por vocación la misión de ayudar a los pobres—, a las personas consagradas, a las asociaciones, a los movimientos y al amplio mundo del voluntariado que se comprometan para que con esta Jornada Mundial de los Pobres se establezca una tradición que sea una contribución concreta a la evangelización en el mundo contemporáneo. Que esta nueva Jornada Mundial se convierta para nuestra conciencia creyente en un fuerte llamamiento, de modo que estemos cada vez más convencidos de que compartir con los pobres nos permite entender el Evangelio en su verdad más profunda. Los pobres no son un problema, sino un recurso al cual acudir para acoger y vivir la esencia del Evangelio. Vaticano, 13 de junio de 2017 Memoria de San Antonio de Padua Francisco


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